miércoles, 5 de mayo de 2010

¿Qué es la vida?


¿Qué es la vida? ¿para qué nacemos? ¿Por qué estamos aquí? Son preguntas que a diario nos hacemos. Son las mismas que hace treinta años, me formulé cuando una profesora de Castellano y Litertura del segundo año de la escuela secundaria nos solicitó, a nosotros sus estudiantes, escribir para un periódico escolar que supuestamente saldría. Nunca salió, pero yo escribí un ensayo, o algo así, cuya introducción contenía estas tres preguntas existenciales.
Ya no recuerdo lo que seguía, pero lo que no olvido es que la preceptora me pidió leerlo en voz alta. Me sentí muy bien. Pero en ese momento jamás pensé que en mí, podría nacer el gusanito de querer escribir y publicar. Frecuentemente, me digo a mí misma que lo quiero llevar a cabo, cuando tenga el tiempo suficiente para dedicarme a soñar entre palabras.
Desafortunadamente cada día tengo nuevas tareas que me alejan de la actividad. Y cuando tengo tiempo, entonces no estoy de ánimo. A veces me autocritico el hecho de que sólo escribo, cuando curso un taller de escritura, mientras tanto no produzco. Es un error terrible no hacerlo, porque ahora en los tiempos de los blogs, siempre habrá un lector para ti, alguien a quien le transmites. Eso precisamente es lo que yo quiero, transmitirles a otros mis vivencias, mis sentimientos, mis pensamientos, mis miedos. Tengo que escribir, aunque sea un breve párrafo diariamente, porque al final de la semana serán siete párrafos. ¡Escribir es vivir! o como alguien dijo, escribe, que algo queda.

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