CERTERA EDAD DE
Caracas,
Miércoles 21 de marzo de 2018
SUPLEMENTO
CERTERA EDAD
PERSONAJE
LIGIA ÁLVAREZ
NACÍ
PARA SER DOCENTE
A
sus 57 años anhela publicar sus obras teatrales Sucedió una noche y Teresa
con sabor a Frufrú. |
—¿Docencia o dramaturgia?
Las dos actividades
son relevantes para
mí. Me formé como
docente en la
Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) de Caracas. La
docencia es una profesión para la cual se debe tener vocación y yo la tengo. De
ninguna manera se contradice
con la otra
pasión que tengo
que es la escritura,
en especial la
dramaturgia. Por fortuna,
en los actuales momentos
estoy conjugando ambas
porque soy personal académico
de la Universidad
Experimental de las Artes.
(UNEARTE) y ahí
facilito la unidad
curricular Dramaturgia. Sin embargo,
existe una gran
diferencia entre enseñar un
idioma extranjero y dramaturgia. Cuando enseñas inglés en
un país donde
la lengua materna
es el castellano, debes seguir
patrones muy puntuales
en la metodología,
es preciso repetir y
sin poder evitarlo
se hace un
poco mecánico. En cambio, cuando se trata de dramaturgia siento mayor
libertad porque se comparten experiencias. Cuando escribo
un texto teatral
me entusiasma pensar
que puedo dejar una
creación para que
sea leída y
montada por generaciones futuras.
Y no digo
que por las
generaciones presentes, porque existe en ellas un gran desprecio por lo
que se escribe en
el país, sobre
todo si los
escritores no son conocidos.
—¿Cuál fue la mayor lección que le dio la vida?
Que nada es
eterno en la
vida como dice
la canción. Lo aprendí a los 24 años cuando murió mi
abuelo.
—¿Reescribiría su vida?
Así como cuando escribimos en la computadora y nos equivocamos o no nos gusta lo que escribimos, así me gustaría poder tener el poder de borrar ciertos errores cometidos por mí. Que quede claro solamente ciertos errores, lo demás que quede igual.
—¿A qué le teme?
A la muerte
de mis seres
queridos, o que
algo malo les ocurra como un accidente, o que sufran o
se enfermen o que ellos cometan errores
irremediables y se
dejen llevar por la
ira.
—¿Cuál es el mejor consejo que le han dado?
“Estudia hijita, estudia”. Ese es el consejo que siempre
mis abuelos y mi madre
me daban. Yo
tomé en serio
esas palabras, a pesar
de que en nuestro país
no se premia
el estudio.
—¿Qué significa el erotismo para usted?
Tiene que ver con el amor espiritual y el amor físico, Es el
juego con la
sensualidad y la
sexualidad. Es importante manejar bien
el erotismo en
la escritura. Los
cinco sentidos ejercen un
rol fundamental. Es
necesario tener clara
la diferencia entre el erotismo y la pornografía.
—¿Existe la mala dramaturgia?
Pienso que sí.
Siempre existe calidad
y ausencia de la
misma. En el
caso de la
mala dramaturgia, es
aquella cuyo objetivo es
producir fácilmente risa
y otras reacciones
por medio de la
vulgaridad, la falta de
creatividad y el amarillismo cuyo fin último es la
ganancia en la taquilla.
—¿Sigue considerándose una nueva voz en la dramaturgia venezolana?
Mientras tu voz
no sea escuchada
o esté en
la sombra, seguirá siendo una voz
nueva así tenga cien años.
Descubriendo
a la mujer a través de sus gustos Una
comida • El pabellón criollo “con bastante picante es el cielo para mí”. Un
lugar • El Paseo Orinoco de Ciudad Bolívar. “Lo visitaba cada agosto con
mi madre, mis
abuelos y mis hermanas.
La última vez que estuve
por allá fue
en 1985 en
compañía de mi esposo y mi
abuela”. Un
libro • Cien años de soledad. Una fecha
• El 18
de junio de
1937, “el maravilloso
día cuando nació mi madre Ligia del Carmen". |
2 comentarios:
Excelente! Precisas y aleccionadoras respuestas! Felicidades!
Buenas tardes, interesante y Bonita entrevista👍
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