domingo, 20 de enero de 2019

Obras teatrales de Ligia Álvarez. Teatro venezolano


ALGUNOS TEXTOS TEATRALES DE LIGIA ÁLVAREZ

MADRIGUERA ALEGRE PARA APETITOS TRISTES

DE LIGIA ÁLVAREZ




El tiempo aquí es una maravilla. Brisa con calor apenas acentuando al mediodía, unas noches
divinas, unas mañanitas frescas que yo paso en el jardín.
¡Si estuvieras aquí tú, verías cómo no es mentira la felicidad y la alegría!

Teresa de la Parra, Carta a Gonzalo Zaldumbide.

PERSONAJES:
FRANCISCA, sesenta y cinco años, aunque está convencida de ser una mujer cuarentona y
como tal actúa y habla.
HERIBERTO (su participación puede ser una voz en off)

La acción transcurre en una cocina amplia. Se ve un mesón sobre el cual hay utensilios
variados, también un perchero donde están colgados un uniforme de cocina y su gorro.
Entra FRANCISCA, quien sale del área del público. Lleva una bolsa de tela, tipo sobre,
que aprieta celosamente contra su pecho. Observa a su alrededor. Una vez en el escenario,
ve hacia un punto determinado por encima del público.

FRANCISCA Muy buenas tardes, soy Francisca, la ganadora del concurso. ¿Me
recuerda? ¡Qué bueno! Es que se me hizo un poco tarde pero me
dijeron que viniera a hablar con Pablo, el director del programa.
Supongo que eres tú. Disculpa que te tutee y te llame Pablo a secas,
pero te veo tan joven. Mira pues, siendo el de menos edad eres el jefe
de todos los camarógrafos. Podemos comenzar cuando quieras.
(Viendo hacia todos lados) La verdad es que no me imaginaba que
habría público en el estudio. (Va hacia el público) ¡Hola! Soy
Francisca. Yo gané el casting La gran chef del siglo XXI. Éramos
veinte las participantes pero las superé a todas. Ya verán que voy a
ser famosísima. Sí claro, firmaré autógrafos más tarde, no, ahora no,
luego al finalizar el programa. Ah, por supuesto también posaré para
ustedes y con ustedes, pero después, ya les dije, ustedes comprenden.
(Regresa al escenario) ¡Qué dicha! Bien, ve coordinando el trabajo
de tus muchachos con las cámaras, que vayan preparándolas. ¡Qué
alegría! ¡Me siento tan contenta, tan emocionada! Nunca imaginé
que sería la ganadora del casting. Tantas veces siendo joven... (se
aclara la garganta) es decir, más joven, soñé con tener mi propio
programa y salir en la televisión (ríe nerviosamente). Antes tenía más
encantos de los que tengo ahora porque ya tengo cuarenta y pico,
pero no importa, no vengo aquí a mostrar encantos, ¡no qué va! Mi
función es más... como diría yo... ah, ya: significativa, más
trascendental. Hoy cuando grabé el programa... (Gritando) ¡No!
¡No! ¡No se distraigan, muchachos! Continúen arreglando las
cámaras. ¡Pablo! ¡Coordínalos! ¿No te molesta que hable?, ¿verdad?
Como te iba diciendo, jamás pensé que ganaría. (Se oye música de
premios y aplausos y hace como si estuviera siendo ovacionada). Te
agradezco la música, las ovaciones, los aplausos, pero por favor no
quiero distraerte. Ni a ustedes tampoco muchachos, pónganle
atención a su trabajo, de él depende en gran parte que todo salga bien.
Controlen esas cámaras, pónganlas finas para que el programa salga
excelente. ¿Ah? ¿Ya vamos a empezar? Pero mira, no me he
maquillado. ¿Qué? ¿Qué no hay maquilladora? ¡Ah qué tenía que
pasar antes por maquillaje! (Sobreactuando) ¡Claro, por maquillaje!
¡Oh! (Normal) ¡Pero no importa! Déjame ver... Yo sé que lo
principal es que el rostro no se vea como grasoso, o brillante. (Revisa
su cartera) Mira aquí debo tener polvo facial, yo siempre estoy
prevenida. En la cartera cargo cualquier cosa, así me enseñó mi
mamá. En esta que tú ves aquí traigo de todo... no le falta nada.
(Vacía la cartera y comienzan a verse cosas como frascos,
cucharillas, platos y vasos de plástico, peines) Tengo pinturas de
varios tipos, (muestra) para los labios, para las uñas, para los ojos,
perfumes, polvos, preservativos por si me levanto un tipo cuarto bate
que quiera estar conmigo. Mira: (revela) mandarina sifrina, fresa
sorpresa, pera rumbera, limón llorón, uvita loquita y temeguindo,
digo tamarindo. ¡No, mentira! (Se ríe) Aunque cargue de todo, nunca
utilizo todas estas cosas, es que a mi mamá le encantaba meternos de
todo en el bulto (Mira con picardía) ¡Bulto! ¿Qué hay de malo en esa
palabra? Era bulto lo que se usaba, no morral como ahora. Allí
llevaba de todo, toallas, toallitas, gotas, goticas, papel higiénico,
toallas sanitarias, hasta ropa interior por si acaso. Así que yo desde
chiquita siempre he tenido la cartera preparada. (Se empolva la cara y
se pinta los labios) ¿Cómo me ves? ¡Déjame perfumarme! (Intenta
sacar el perfume de la cartera) ¡Es verdad, tienes razón ¿para qué
perfumarme? ¡El público no me va a oler! Los televidentes me van a
ver y los presentes están por allá. Así que si me da la gana puedo
hasta oler mal como huele quien tiene varios días sin bañarse. (Ríe)
Ay, disculpa que hable así, era jugando. (Muestra cabello y uñas)
Fíjate que vine peinada de peluquería, y observa mis uñas, limpias,
sin esmalte, claro para un programa de cocina así es como deben
lucir: pulcras y cortas. ¿Ya puedo comenzar? ¿Ya vas a grabar? (Hace
como si le va a dar algo. Luego habla consigo misma) ¡Ah qué
desasosiego! Pero no, Francisca, tranquila, tú te has enfrentado a
mayores retos en la vida y no puede ser que ahora te vayan a
traicionar los nervios. ¡No! no puedes recaer, tienes que preparar la
receta y además de prepararla explicarla, es decir que vas a poner en
práctica tus dotes pedagógicos. (Nerviosa) Mi mamá quería que yo
fuera maestra, si estuviera viva estaría feliz, porque aquí voy a
enseñar. (Hace gestos provocativos) ¡No, no! Cuidado con los malos
pensamientos... ¡quiero decir educar! ¿El programa a qué hora va a
salir? Pregunto porque como es para la televisión internacional
podría verse en la mañana, en la tarde, en la noche... o en la
madrugada... (Insinuante) ¿En la madrugada? (Sensual y se oye
música sugestiva) Habrá que hacer una parte especial para esa hora
en la que muchos quieren saciar ciertos apetitos y no precisamente de
comida. (Se aclara la garganta. Seria) ¿Entonces qué digo? ¡Ah sí!
Saludos, así saludos a secas, claro saludos, sin especificar la hora,
¿verdad? (Mirando hacia varias direcciones) ¿Hacia cuál cámara
miro?, ¿esta?, ¿aquella? ¡ah, esa! (Se oye el tema musical del
programa) Saludos, amigos. Bienvenidos a Madriguera alegre para
apetitos tristes, el programa que animará los apetitos gastronómicos.
Hoy es la primera emisión y por eso les tengo la siguiente propuesta,
sí propuesta porque tengan siempre presente que el objetivo de este
proyecto no es solamente dar recetas, lo que nos proponemos en
Madriguera alegre para apetitos tristes es refrescarles la vida.
(Música alegre como de la hora loca. Saca sombrero y antifaz y
baila) Eso mismo, alegrarlos a ustedes que están más allá de las
cámaras observando desde sus hogares, desde sus oficinas o desde
cualquier parte. Y a ustedes también los que están en el estudio.
Entiendo que quieren consejos prácticos para vivir mejor. Les
propondré recetas pero ustedes disponen si las toman o las dejan
porque no somos de ninguna manera prescriptivos, o sea que no es
obligado seguir los consejos. Pues tomen en cuenta que la receta que
hoy voy a presentarles es adecuada para un día domingo. Hablando
de domingos, recuerdo una melodía muy hermosa que relaciono con
un domingo cuando tuve la única oportunidad de mi vida de pasear
con mis padres y mi hermana. Papá tenía un cassette con esa canción,
Pablo, la pista número uno del CD que te dejé con la productora.
(Tema “Sugar sugar” del grupo Archie) Es que el día domingo es un
día muy especial. Este es mi primer programa y no quise hacer esta
primera transmisión con una receta que sirviera para cualquier día.
¿Pero, por qué para un día domingo? La respuesta es simple: es el día
cuando toda la familia se reúne. (Se entristece) Realmente no
siempre sucede así, recuerdo que cuando era niña, mi padre no estaba
con nosotros los domingos... ni ningún otro día. Siempre trabajaba
tanto, era comerciante, dueño de una panadería: Panadería El Palacio
de las Canillas, y en verdad él era el rey de las canillas, y hubo un par
de ellas en especial que le hizo olvidar de familia, mujer, hijas. ¡Me
acuerdo de la pobre mamá! Se la pasaba llorando por los rincones
porque papá se enamoró de una de sus empleadas. Sus canillas y todo
lo demás lo cautivaron, y a partir de ese momento no quiso saber de
mamá ni de nosotras, sus dos hijas. Ella era muy dependiente de él y
(solloza) le rogaba. (Imita a su madre. Usa un tono telenovelesco. Se
oye canción rockolera de despecho) Juan, por favor no me
abandones. Sabes que eres lo más importante para mí, sin ti no quiero
vivir, nada más me importa, ni siquiera las niñas. No podré soportar
estar sin ti, no me dejes, Juan. Estoy dispuesta a olvidar tu
infidelidad, lo veré como una simple cana al aire. Juan, no me dejes,
no me dejes... si lo haces, (efecto musical estruendoso y
melodramático) me mato. (Termina la imitación) Todo eso lo
escuchábamos nosotras, María Eulises, mi hermana, y yo. Era duro
saber que no éramos importantes para mamá y que para nuestro padre
no significábamos nada. Pese a sus ruegos, a papá no le importó
abandonarla, parece que fue embrujado por aquella amante que más
tarde se convirtió en la dueña y señora de la panadería y otros bienes
de él. Por su parte, mamá cumplió su amenaza, se suicidó. A ella no
le importó dejarnos solas. Mi hermana tenía doce años y yo trece, a
partir de ese momento vivimos con la abuela, aquella viejita sufrió
nuestros conflictos de adolescentes. Éramos difíciles, nos
rebelábamos contra todo, teníamos dolor acumulado, fuimos
abandonadas por nuestros padres. Nuestra madre se suicidó e hizo
peor que el hombre que nos engendró, el que se muere no puede
hacer nada por nadie, por lo menos él cuando íbamos a su panadería
nos daba algo para sostenernos pero el abandono de ella fue total y
definitivo. Al cabo de un tiempo, María Eulises se fue. Era bella mi
hermana, nunca le faltaron pretendientes pero jamás se saciaba,
estaba con uno y con otro y otro. Jamás, en aquel tiempo, mantuvo
una relación estable, los dejaba. Tal vez, veía en cada hombre el
desamor de un padre. Se fue a Italia a trabajar como modelo. Luego,
se casó con un hombre de dinero y lo último que supe es que vivía en
Inglaterra. Quizás allí reside actualmente. Alguna vez me escribió
pero no nos hemos visto más. A lo mejor, ahora ella sí me verá...
¿Pablo, este programa se verá en Inglaterra? Hello, Mary. How ́s
everything? (Como dándose cuenta de algo) ¿Qué es everything?
(Reponiéndose) Pero por el hecho de que no tenga muchos buenos
recuerdos de los domingos de mi infancia y adolescencia, no quiere
decir que ustedes no puedan pasar maravillosos domingos, tienen ese
derecho, ¡qué digo yo derecho!... tienen el deber de lograr la felicidad
aunque sea un día a la semana (animando al público) y esta receta los
ayudará a lograrlo y a hacer más llevadero el domingo. Recuerden
que la felicidad entra por la boca. Tengan a mano papel y lápiz o
enciendan sus grabadores, el nombre de la receta es... (fanfarria)
camarones al ajillo con ensalada contenta. Los ingredientes son
(fanfarria) un kilo de camarones frescos, tan frescos como las flores
bañadas de rocío de la mañana... Y para que así sean no pueden sino
comprarlos en un mercado popular no tanto por lo barato sino por la
frescura del producto. La receta lleva ajo. Deben ser grandes.
Recomiendo toda una cabeza de ajo. Para pelarlos sumérjalos en agua
tibia por cinco minutos y después pélelos (gestos sensuales) con
facilidad. La ensalada contenta lleva dos tazas de mango cortado en
corazones que no esté ni muy maduro ni muy verde. Dos tazas de
guayaba cortada en triángulos pequeños habiéndole extraído las
semillas previamente. Dos tazas de piña cortada en círculos. Vamos a
detenernos un momento aquí para recomendarles piña enlatada
(muestra la lata poniendo tono de comercial y subiendo el volumen
de voz) El Barquito de Oro. ¿Verdad que es fastidioso el cortar piñas?
Pues no pierda tiempo cortando y pelando la piña. (Hace una
demostración torpe de cómo es desagradable hacerlo) Atrás quedó
ese horrible tiempo. (Saca la piña enlatada y hace una demostración
de cómo es fácil y agradable la tarea si se usa el producto que
anuncia) Piña enlatada El Barquito de Oro. El uso de la piña enlatada
El Barquito de Oro le evita el espantoso fastidio de tener que pelar y
cortar esta fruta, con el riesgo de dañar sus manos y sus uñas. Si
usted va al supermercado y consigue esta pequeña lata se ahorrará no
solamente dinero sino calidad de tiempo porque eso de estar cortando
piña so pena de amputarse un dedo o una mano es cosa del pasado.
Evítese malos ratos, vaya al supermercado y compre su lata de piña
El Barquito de Oro. (Transición) Y seguimos con nuestra receta:
agregue una taza de apio sancochado y cortado en rectángulos
pequeños. Ponga sal al gusto. Qué maravillosa sustancia es la sal.
Nos permite darle sabor a la comida. Así como debemos salar la vida
para darle ese toquecito, ese saborcito, es igual que añadirle una
guinda a la torta.
Se adereza con una taza de miel. Por cierto la mejor miel que puede
encontrar en el mercado es la miel Flor de Vida. (Otra vez
promociona. Se oye fanfarria) Suave, nutritiva, miel Flor de Vida,
adquiérala en su supermercado favorito. Seguimos. Para que la
ensalada esté de verdad contenta, añada también el zumo de un
limón. (Con desagrado) Voy a interrumpir el programa, porque estoy
obligada por el Ministerio de la Familia y bla bla bla bla a dar la
siguiente información: (Tono de locutor de programa documental,
tipo Discovery Channel) El agua es una sustancia líquida, inodora,
insípida e incolora, necesaria para la vida. Se emplea en la
alimentación, lavado de ropa, aseo personal, limpieza de las ciudades
y del hogar, riego de plantas, en la industria, en la agricultura y
ganadería, como fuente de energía y para la recreación. Debemos
cuidarla, no malgastándola. ¿Qué has hecho por el agua del planeta
hoy? Hemos transmitido la anterior información porque estamos
siendo obligados por el Ministerio de la familia y bla bla bla bla bajo
la amenaza de cerrar el programa si no lo hacemos. (Cambia de
humor) ¿Pablo, crees que al dueño del canal le gustó mi tono?
¿Mostré verdadera molestia? (Entusiasmo) Bien, ahora sí seguimos
con el planeta, digo, con el programa, lo siguiente que haremos es
limpiar y pelar los camarones. Por cuestión de tiempo ya estos están
pelados y limpios. No hay nada peor que pelar camarones, les
recomiendo que cuando vayan a preparar este plato lo hagan en
familia. No hay nada mejor que la familia. Si fueran cuatro los
miembros de esta, podrían dividirse los camarones que van a ser
pelados: (Tono infantil y se deja oír música infantil de fondo) una
porción para mamá, otra para papá y otra dos para María y para mí
respectivamente. (Tono normal) Así el trabajo no será tan afanoso y
lo que es mejor pasará rápido. Hay que aprovechar la familia, dicen
algunos libros viejos que es la célula fundamental de la sociedad.
Quien cuenta con una familia lo tiene todo. No importa que no tenga
que comer pero si tiene una familia no sentirá hambre, no importa
que no tenga un techo pero si tiene una familia usted creerá que
duerme sobre colchones refinados. (Triste) Mi única familia es mi
perrita, cuando llego a la casa sale a recibirme, si no fuera por ella,
¿qué sería de mí? La soledad me mataría. (Reponiéndose) Bien, no
estoy aquí para hablar de mí. Amigo mío, amiga mía, este es el
momento justo para pintarte el siguiente panorama: imagina, una
alfombra roja que te espera, visualiza el traje que llevas puesto, un
auténtico modelo del diseñador del momento que hace que se
destaquen tu originalidad, elegancia, glamour, zapatos de tacones
Tanzanita, un estupendo peinado, una fragancia absolutamente
exquisita y ¿cómo llegas? No puede ser de otra manera si no es en un
lujoso automóvil, para que todos noten tu clase y aparte... tu encanto,
tu charming. Para ti un (tono de ejecutiva): Lamborghini Veneno.
Este vehículo está entre los diez autos más caros del mundo. Es el
sueño de los hombres y mujeres inteligentes y con poder adquisitivo,
una verdadera joya que solamente tú puedes tener. Conviértete en una
persona que tiene lo que merece. Recuerda, la única opción es
simplemente tener. Si no puedes adquirirlo, olvida este mensaje, no lo
escuches porque es así de simple: no es para ti. Pero para ti, sí, tú que
tienes dinero, esclavos, perdón, servidumbre pero que también amas
la cocina, como arte, como actividad lúdica que te desestresa y es por
eso que estamos aquí en Madriguera alegre para apetitos tristes.
(Transición) ¡Muy bien, muy bien! Continuamos con nuestros
camarones. ¿Sabía usted que... entre los camarones hay uno que lo
llaman el camarón limpiador? ¡Sí! Se alimenta de las bacterias que
viven en la boca, branquias y ojos de los demás seres marinos. Los
animalitos del mar hacen cola y esperan pacientemente a que les
toque el turno, y cuando llega el momento se quedan como en trance.
Así me quedaría yo, (insinuante) en trance si tuviera quien me pasara
la mano de vez en cuando y que me dijera: cocina para mí, mi amor.
Bueno, bueno señores no escuchen lo anterior, bórrenlo, pásenlo,
(gritando) ¡pero no! no toque el control remoto que ya seguimos con
el plato de hoy. ¿Sabía usted que los camarones son afrodisíacos?
¡Claro! Estimulan el apetito sexual. Yo los recomiendo. Y este
consejo lo certifico. Señora, si usted tiene un pantalón que la
acompañe, entonces coma bastante camarón; señor, si usted tiene una
falda que lo escolte, entonces coma bastante camarón, (perdiendo el
control) pero si está íngrima o íngrimo como yo entonces páselo,
olvide lo que le dije y ahora soy yo la que le pido que se cambie de
canal. Busque un programa que no le recuerde a cada rato que usted
está tan solo, tan solo, tan solo como un lucero perdido en un cielo
sin estrellas. (Transición) Y sigo, coloque un poco de aceite de oliva
en una sartén y agregue ajo, mucho ajo y sofríalo luego. Añada los
camarones y podrá observar que van tomando un color rosado muy
agradable, no deje que se cocinen mucho. Para todo es necesaria la
justa medida. (Ensimismada) Yo sé y entiendo que todos los seres
humanos necesitan alguna vez estar solos pero ¡así como yo no! no se
lo deseo ni al peor enemigo. ¿Sabe usted lo terrible que es que algo
bueno o malo te pase y no tengas con quien compartirlo? Hasta una
que otra peleíta es necesaria a veces, pero ni eso, no tengo con quién
pelear ni siquiera. (A la audiencia) Bueno amigos olvídenlo y
volvamos a los camarones. Sáquelos del fuego, no permita que se
pasen. No hay nada peor que eso. Es igual cuando ya pasas de los
treinta y esa media naranja que esperaste tanto no llega. (Se oye el
tema musical “When we get married” del grupo Fruit Gum) Yo todos
los días rogaba a Dios que antes de los treinta y cinco alguien se me
declarara. ¿Y a qué no saben? (Se altera) Un día antes de mi
trigésimo quinto cumpleaños se me declaró una compañera de trabajo
y yo quedé estupefacta. Desde entonces aprendí que hasta con Dios
hay que hablar claro. Debí ser muy precisa indicándole que era un
hombre lo que yo quería. (Se vuelve a reponer). Y ahora le toca el
turno a la ensalada contenta. Aquí tengo todo cortado: el mango, la
guayaba, la piña y el apio. El mango en corazones, la guayaba en
triángulos, la piña en círculos y el apio en rectángulos. ¿Sabían
ustedes que el mango es la fruta de la felicidad? Por su aroma y por
todos los beneficios que proporciona. (Con picardía) Además es una
de las pocas frutas que se chupan. (Pausa breve) Así que sea
generoso agréguele grandes cantidades y cómalo cada vez que pueda,
mire (come) quiero ser feliz, busco la felicidad y si usted también está
en esa búsqueda ya sabe cuál es el secreto, grandes dosis de mango,
tal vez a usted sí le resulte porque lo que es a mí nada, nada de nada
de nada. Ojalá todo en la vida se resolviera con mango, se asaltarían
las matas y estarían vacías porque todo el mundo acudiría a ellas y se
formarían largas colas como las que se forman frente a los
supermercados, perfumerías y etc., etc., etc. No estaría ese reguero de
mangos pudriéndose en el suelo. Pasaría como hace muchos años con
el limonero del señor del centro de Caracas que fue despojado de sus
frutos porque se vio el limón como la fruta milagrosa capaz de curar
a la población de la peste que sufría a principios del siglo XX. El
mango depura el organismo. ¿Depurará el alma? Favorece la
digestión ¿Favorecerá el amor? Ayuda a eliminar los líquidos
retenidos en el cuerpo. ¿Ayudará a eliminar los odios? Mejora la
agudeza visual. ¿Propiciará la agudeza mental? Purifica la sangre.
¿Purificará los sentimientos? Combate los males de la piel y la caída
del cabello. ¿Combatirá los males del alma y el derrumbe de la
alegría? La respuesta es un contundente no. No nos engañemos. Esas
cosas no las puede lograr el mango pero junto con los otros
ingredientes nos ayuda a sobrellevar las angustias, el dolor, la
tristeza, la depresión. Este programa es una madriguera, la
madriguera que alegra el estómago, el paladar, el olfato, si se quiere
deleitar entonces no deje de volver a sintonizar Madriguera Alegre
para Apetitos Tristes la próxima semana, a esta misma hora y por este
mismo canal. (Sonrisa congelada)

HERIBERTO ¡Francisca! ¿Dónde andas? ¡Ah, ya sé! seguro estás en la cocina,
jugando a grabar el susodicho programa culinario! (Aparece y se
acerca a FRANCISCA quien ha descongelado su sonrisa).
HERIBERTO ¿Mujer, ya hiciste el programa? ¿Cómo te salió hoy?
FRANCISCA Bien, bien, pero déjame que tengo que empezar ya a preparar el de
mañana.

HERIBERTO Pero, chica, ¿no te parece que te mereces un descansito? Además ya
es la hora de tu pastilla.

FRANCISCA ¡Noooo! La pastilla no, no quiero dormir. Yo gané el casting, este es
mi momento estelar y no voy a permitir que nadie me quite mi
momento. Además, tengo que comprar los ingredientes para la receta
de mañana, yo no puedo estar durmiendo.

HERIBERTO Francisca, es muy tarde, ni se te ocurra hacer compras ahora.
FRANCISCA Es que no tengo otra opción. Tengo grabación muy temprano.

HERIBERTO Vamos a hacer algo, me das la lista de ingredientes y me comprometo
en traerte todo mañana. Ahora es mejor que descanses. Mira que el
doctor dijo que estabas mejorando. No puedes descuidar tu salud.

FRANCISCA Solo si me prometes traerme todo, me tomo la pastilla.

HERIBERTO Cuenta con eso. Tú me conoces.

FRANCISCA Bueno, entonces anota, te voy a decir lo que necesitaré mañana.

HERIBERTO Vamos a tu habitación y me vas diciendo. No será necesario anotar.
Tengo buena memoria. Anda, dime, dime (le coloca brazo sobre el
hombro)

FRANCISCA Siempre me dices lo mismo pero no me cumples y entonces tengo
que cambiar la receta a última hora por no tener los ingredientes
completos. Yo me debo a los televidentes y suelo ser respetuosa con
ellos. A mí no me gusta improvisar.

HERIBERTO Te juro que esta vez te cumpliré. ¡Dime! ¿Qué es lo que necesitas?

FRANCISCA Mira voy a necesitar, lechuga, mucha lechuga como dos kilos, es que
compartiré con los muchachos, tú sabes... el director del programa,
los camarógrafos. Ah también vinagre de vino, pero el de la botella
azul, ni se te ocurra traerme el del envase de plástico. También
aceitunas, pollo al cuadrado o sea repollo, pasas rubias y negra, maní
y... pistacho, merey, avellanas... es que voy a preparar una de mis
ensaladas contentas, no tristes, contentas. Así como yo, que siempre
estoy contenta, alegre, feliz. Es que lo tengo todo. ¿Qué más puedo
pedir? Tengo esta hermosa casa, una familia abundante y amorosa, mi
programa, mis recetas, mi belleza, mi juventud, un hombre que me
adora. ¡Lo tengo todo! Soy dichosa, feliz, alegre, boyante, satisfecha,
ufana, radiante, próspera, eufórica, bienaventurada... y muchas cosas
más que quieran decir feliz. (Sigue hablando desaforadamente
mientras HERIBERTO se la lleva. Bajan las luces).

FIN


LINKS DEL PDF DE ALGUNAS OBRAS

Madriguera alegre para apetitos tristes

Mariana Inés Gil como Francisca  

  Luisa heroína


(Premio Concurso Autores Inéditos Monte Ávila Editores 2012)


Almas insomnes
Sucedió esa noche 



Teresa
 piano piano










3 comentarios:

¡Libros, libros, y más libros! dijo...

La felicito Profesora. Gracias por compartir su creación.

Laura dijo...

Felicitaciones 💐 Ligia. Cada día sea de inspiración y triunfo.

Ligia Álvarez dijo...

Gracias, Laura Parra.

CRÍTICA TEATRAL DE LIGIA ÁLVAREZ

  Diez minutos. Reseña Ligia Álvarez Diez minutos de Rafael García fue la obra ganadora del Premio Apacuana de Dramaturgia Nacional  2019. L...